Os cuento como he pasado mi primer día sin teléfono móvil desde… yo creo que desde 2001. Parece mentira cómo este pequeño “cacharrito” es imprescindible en nuestras vidas. Al final del día veréis si he sobrevivido o no a estar un día sin mi móvil ¿Sobreviviré?

07:50 h.

Suena el despertador. Por supuesto, el de sobremesa. El teléfono móvil lo dejé sin batería y no ha sonado. Soy de los que ponen tres alarmas cada 5 minutos por si me quedo dormido. Hoy no ha sido así, y al sonar el despertador, me he levantado.

08:15 h.

Tras ducharme y mientras me visto, pongo la tv, algo que no es normal en mí, ya que pongo la radio en mi móvil. Tras arreglarme, salgo de la casa y dejo el móvil en la mesilla de noche. “Algo pasará” me dije.

08:40 h.

Como es habitual, llego demasiado pronto al trabajo, así que estoy 10 minutillos en el coche para hacer tiempo. Como no tengo el móvil para ver los fichajes del Comunio, opto por poner algo de música en la radio del coche.

Sobrevivo.

09:00 h.

Llego al trabajo. Se me olvida que el móvil existe y estoy concentrado en mi tarea. Ninguna novedad hasta la hora del desayuno.

10:00 h.

La media hora del desayuno se me hace eterna. Compañeros que echan un vistazo a las redes sociales y se muestran unos a otros las fotos y videos más graciosos del día. Procuro mirar para otro lado y pasar de las pantallas de los móviles ajenos. Empiezo a querer sacar el terminal del bolsillo.

Sobrevivo.

10:30 h.

Agradezco la vuelta al trabajo. De nuevo, me centro en mis cosas y las horas se pasan rápidas hasta el almuerzo.

Sobrevivo.

14:30 h.

Ya estoy notando que me falta algo, después de almorzar, me falta mi móvil para ver las noticias, redes sociales y visualizar algún que otro vídeo en YouTube. Estoy empezando a mosquearme. Deseo empezar de nuevo a trabajar.

Sobrevivo a duras penas.

15:30 h.

Ahora que estoy de nuevo en mi puesto, estoy relajado, me acuerdo de vez en cuando del teléfono móvil pero el trabajo me obliga a olvidarme de él. Parece mentira pero me siento mejor trabajando.

Sobrevivo.

  18:00 h.

Y ahora que he terminado de trabajar, voy hacia el coche, pensando que ahora mismo estaría activando el bluetooth para hacer alguna llamada mientras conduzco. Me estoy dando cuenta de que estoy demasiado pendiente al móvil.

18:30 h.

Al llegar a casa intento no ir hacia la mesilla de noche para coger el móvil. No quiero ni verlo. De todas formas no tiene batería, me digo. Meriendo y recojo un poco la casa, al tiempo que pongo música en la tv. Lo peor viene a continuación.

Sobrevivo, a medias.

19:40 h.

En este punto del día me apetece encender la Tablet, ver mis correos, mis vídeos, navegar un poco por internet… pero estoy teniendo fuerza de voluntad y me pongo a ver la tele. Como no ponen nada y me aburro, me da por salir a dar un paseo por el barrio. Empiezo a sorprenderme de mí mismo.

21:00 h.

Llego a casa, me ducho y preparo la cena y lo comida de mañana. Bueno, estoy orgulloso. He arreglado la casa, he hecho ejercicio, he cenado y he preparado la comida de mañana y sólo son las 22:00 h. Todo un logro.

Vivo.

23:59h.

Después de ver la tv un rato, y casi sin darme cuenta, son las 12 de la noche. Me doy cuenta de que he podido sobrevivir un día sin móvil. Lo he conseguido. Ahora toca cargar el terminal y… ¿encenderlo? La verdad es que no sé qué hacer. Me lo pienso y no lo hago.

En definitiva, como prueba no ha estado nada mal. He hecho cosas que no hacía y las que hacía normalmente las he acabado mucho antes de tiempo, por lo que tengo más tiempo para mí. Al principio he echado mucho de menos el terminal pero conforme pasaba el día me ha resultado más fácil vivir sin él. Mi próximo reto: pasar una semana sin mi móvil. ¿Creéis que podré hacerlo? Os animo a que lo hagáis y lo comprobéis por vosotros mismos !!!!